jueves, 15 de junio de 2017

Los beneficios de la práctica de la atención


Los beneficios de la atención plena son muchos. Diferentes científicos han confirmado sus efectos positivos sobre la salud mental y el bienestar.
La Fundación Hawn dice que en las escuelas donde se ha implementado, el 90% de los niños ha mejorado su capacidad de llevarse bien con otros niños Alrededor del 80% eran más optimistas y habían mejorado el concepto de sí mismos, el autorregulación y la autogestión, tres cuartas partes de los niños mejoraron su capacidad de planificación y organización, y la misma cantidad había tenido un mejor control de los impulsos y menos reactividad.

El mindfulness en la familia

Es posible introducir esta práctica en casa. Lo más conveniente es que los padres también la practiquen. Crear rutinas como tomar el sol unos minutos al día para cerrar los ojos y notar la propia respiración, los propios pensamientos, emociones y sensaciones del propio cuerpo, con un sentimiento de bondad y curiosidad, puede tener un gran impacto en toda la familia.
El propósito de la enseñanza de la "atención" en nuestros hijos es darles habilidades para desarrollar la conciencia de sus experiencias internas y externas, para reconocer sus pensamientos como "sólo pensamientos," para entender cómo las emociones se manifiestan en sus cuerpos, para reconocer cuando su atención se ha desviado y proporcionar herramientas para el control de los impulsos. No es una panacea, y no se puede pensar que eliminará completamente lo que es el comportamiento normal del niño, con sus rabietas, llantos, gritos y discusiones habituales, pero sí puede ayudar.
Si desea iniciar la práctica de mindfulness en la familia lo más importante es que no lo fuerce. Si tus hijos no están interesados, dejar estar. Si, por el contrario, ellos muestran interés, te damos algunas sugerencias para empezar:
  1. Escuchar la campana. Una manera fácil para que los niños practiquen la atención plena es centrarse en prestar atención a lo que pueden sentir. Puede utilizar un cuenco, una campana, un conjunto de campanas o una aplicación de teléfono que tenga sonidos. Deja que tu hijo se concentre en el sonido hasta que ya no pueda sentir (que suele ser de 30 segundos a un minuto).
  2. La práctica de la respiración con un compañero. Para los niños pequeños, una instrucción como "prestar atención a la respiración" puede ser difícil de seguir. Una opción es que cada niño tome un animal de peluche, y después se estire con su peluche en el vientre. Centrará su atención en el ascenso y caída del animal de peluche a medida que inhala y exhala.
  3. Pasear. Dé un paseo a través de su barrio fijándoos en las cosas que no has visto antes. Destináis un minuto del paseo a estar completamente en silencio y simplemente prestar atención a todos los sonidos que podemos escuchar.
  4. Establecer una práctica de agradecimiento. La gratitud es un componente fundamental de la atención, enseñar a nuestros hijos a apreciar la abundancia en sus vidas, en lugar de centrarse en todos los juguetes y golosinas que ellos anhelan.
  5. Compruebe su informe del tiempo personal. Quedándose quietos como una rana, anímales a "invocar el informe meteorológico que mejor describe sus sentimientos en ese momento." Soleado, lluvioso, tormentoso, tranquilo, con mucho viento, un tsunami? Esta actividad permite a los niños observar su estado actual sin necesidad de identificarse demasiado con sus emociones. No pueden cambiar el clima exterior, y no pueden cambiar sus emociones o sentimientos, pero pueden cambiar la forma como se relacionan con ellos. Los niños pueden reconocer: "No soy el aguacero, pero noto que está lloviendo. No soy un miedoso, pero me doy cuenta que a veces tengo esta gran sensación de miedo en algún lugar cerca del cuello."
  6. La práctica consciente de comer. El ejercicio de comer conscientemente una pasa o un trozo de chocolate es un alimento básico de la educación de la atención, y es una gran actividad para los niños.
Estos son algunos ejemplos, pero por encima de todo, recuerde divertirse y hacerlo sencillo. Seguro que en el día a día encontrará muchas oportunidades para añadir a las prácticas de atención plena.
Fuente:

lunes, 13 de marzo de 2017

¿Qué es un padre tóxico?

¿Qué es un padre tóxico?

La psicóloga estadounidense Susan Forward los describe en su libro “Padres que odian” como aquellos que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas, desde la infancia hasta la adultez.
Estos niños al llegar a adultos y como consecuencia de este tipo de relación con sus progenitores, escribe la experta,  una relación que les ha llevado a crecer en un entorno inseguro en términos emocionales, serán adultos con baja autoestima, inseguros, sumisos y emocionalmente inestables.
Los padres tóxicos, así llamados por la mencionada psicóloga, existen, aunque nos nos lo creamos. Pero existen este tipo de padres: egoistas, narcisistas, que sólo piensan en ellos mismos, que incluso envidian los logros de sus propios hijos e intentan ningunearles, rebajarles, humillarles minimizando sus éxitos, con tal de quedar ellos siempre por encima. 
1. Agreden a sus hijos física y psicológicamente. Utilizan el castigo físico y el castigo psicológico de forma indiscriminada. Son los padres que dicen a sus hijos constantemente que no valen nada.
2. Utilizan la crítica destructiva. Se trata de críticas que sólo sirven para humillar al hijo, llenas de connotaciones negativas hacia él. Suelen humillarle delante de los demás.
3. Se presentan como víctimas de sus hijos. Ante los demás, sus hijos son rebeldes, desobedientes, y maltratan a sus padres. En muchas ocasiones justifican sus actos asegurando que sus hijos son insoportables.
4. Son padres manipuladores. Capaces de mentir para conseguir que sus hijos hagan todo lo que desean.
5. Utilizan el chantaje afectivo. A cambio de un poco de cariño, los hijos deben soportar el maltrato psicológico. Consiguen crear una dependencia emocional. En algunos casos lo consiguen con exceso de cariño. En el polo opuesto, los padres ausentes, que aportan amor a sus hijos con cuentagotas.
6. Son padres sobreexigentes. Piden más de lo que el niño es capaz de dar.
7. Son padres dictadores. Autoritarios hasta el punto de escoger los amigos, la pareja o el futuro profesional de su hijo. Utilizan el miedo para controlar a los hijos.
8. Compiten con los hijos. En cierta manera, les envidian.
9. Usan las bromas 'pesadas' como ataque hacia ellos, para dejarles en evidencia constantemente.

SOLUCIONES

1. Enfrentar a los padres desde la perspectiva de dos adultos hablan.
2. Explicar a los progenitores con la mayor claridad posible lo que piensas, lo que está mal en la relación, lo que la daña, lo que hace sufrir.
3. Preguntarles si creen que hay algo que puedan hacer para contribuir al problema que tienen ambos en esta relación.
4. Preguntarles si existe una razón para el maltrato, para las descalificaciones, para la falta de cariño, si es el caso.
5. Si ellos responden que la culpa es suya y no reconocen que hay un problema, es una señal poderosa de que ellos no quieren contribuir a tener una relación saludable.
6. Si eso no es suficiente para cambiar el trato, limitar el contacto. Si el padre se queja, retomar la conversación desde el punto en que le pides que cambie. Si nuevamente no lo hace, considerar la opción de abandonar por un tiempo ese lazo sentimental dañino.

martes, 17 de enero de 2017

Síntomas del TDAH, como detectarlo de forma precoz.





TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos comórbidos.1-2
 
Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:

1. desde una edad temprana: antes de los 12 años.
2. con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
3. que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.

4. no ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
Síntomas del TDAH

Hiperactividad

  1. La persona que padece hiperactividad se caracteriza por:
  2. Se mueve en momentos en los que no resulta adecuado
  3. Le cuesta permanecer quieto cuando es necesario.
  4. Habla en exceso y distrae a los compañeros.
  5. Hace ruidos constantemente, incluso en actividades más relajadas.
  6. Tiene dificultad para relajarse y estar tranquilo.
  7. Cambia de actividad de forma continua sin finalizar ninguna.
  8. No es constante, trabaja de forma desordenada.
La hiperactividad puede manifestarse de forma distinta en las diferentes etapas de la vida, aunque la descripción de los síntomas sí que permanece igual para niños y adultos.

Déficit de atención

Los síntomas de falta de atención son probablemente los más difíciles de percibir en edades infantiles. Sin embargo, es posible que sea uno de los principales motivos de consulta entre los adultos con TDAH2.
La persona que padece déficit de atención se caracteriza por:

  1. Tiene dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado.
  2. No presta atención a los detalles.
  3. Tiene dificultades para finalizar tareas.
  4. Le cuesta trabajo escuchar, seguir órdenes e instrucciones.
  5. Normalmente es desorganizado en sus tareas y actividades.
  6. Habitualmente pierde sus cosas.
  7. No concluye lo que empieza.
    No le gustan las actividades que requieren un nivel de atención sostenido.
  8. Cambia frecuentemente de conversación.
  9. Presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos.
El déficit de atención suele aparecer generalmente cuando se inicia la etapa escolar, debido a que se requiere una actividad cognitiva más compleja. Por lo general, persiste de forma significativa durante la adolescencia y la edad adulta.

Impulsividad

La impulsividad es probablemente el síntoma menos frecuente de los tres síntomas nucleares del TDAH.
La persona que padece impulsividad se caracteriza por:
Es muy impaciente.
Normalmente no respeta los turnos.
Actúa de forma impulsiva y sin pensar.
Interrumpe de forma constante.
Suele responder con respuestas prepotentes: espontáneas y dominantes.
Tiene tendencia a tocar todo.
Suele tener enfrentamientos con los adultos.